Rafa Dorado MARGEN
“Eduardo Laguillo vuelve a sorprender con su último trabajo, una obra de corte muy personal y cargada de emotividad, de bases rítmicas en constante cambio y melodías nada simplonas que son acariciadas tanto por un “whistle” celta, por un oboe, por las manos del compositor o su propia voz. Un álbum que hay que definir con, al menos, un adjetivo: bello.”
Marta Lanau World Music
“El segundo álbum del multiinstrumentista Eduardo Laguillo, reúne varias piezas instrumentales sensuales y bellas, luminosas y cálidas, sin ningún tipo de palabrería sonora. Música que va más allá de lo agradable, para instalar su tienda en los territorios de la hermosura”
Blanco y Negro . ABC
“Eduardo Laguillo ha realizado un disco excelente, que se sale de la media y que vuelve a pedir a gritos su reconocimiento ante un público abierto que huya de etiquetas y reconozca la belleza en sí misma. Precioso.”
E.P.
Extracto de entrevista a Jorge Flo (Músicas Privadas):
¿Que autor crees que es el más representativo en España?
Sin duda, Eduardo Laguillo, con diferencia; sólo que si su nombre sonase yankee y viniese de EE.UU. estaríamos todos flipando.
Carta de Eugenio Montejo ( creador del poema “Manoa”) a un discipulo suyo:
“Laguillo penetra hondamente en la atmósfera de las palabras de Manoa, y no sólo en la hermosa composición que dedica específicamente a esos versos, sino a lo largo del conjunto que integra el disco. Te estoy muy agradecido por este descubrimiento, verdadero regalo de Navidad.
Al recibirlo, quise llamarte para agradecerte, pero extravié tu nuevo teléfono, sin duda debido a la atribulación de haberme envuelto en una mudanza. El disco me acompañó a lo largo de todos esos días con sus transparencias y sus ocasos brumosos, que acompañé con incienso de sándalo y eucalipto. Una música que revela, por parte de sus creadores, un sincero trabajo espiritual, un cumplido esfuerzo de conquista de sí.
En sus tonos se percibe naturalmente la sabiduría musical de Laguillo, su formación técnica y su destreza compositiva, pero también y acaso más que lo anterior, su viaje al centro de sí mismo. Me hace feliz que en su viaje se haya encontrado por azar y acaso no por azar- con las palabras de Manoa.”
Eugenio Montejo
Manoa" Enero 1998
Dentro del terreno de las nuevas músicas (¡qué saco tan amplio es éste!), España puede presumir de compositores y artistas que han elevado el listón muy por encima del que hemos alcanzado en otros géneros. Desgraciadamente, la obra de estos compositores no ha tenido tanta difusión o repercusión como la de otros estilos más populares y ello sigue ocasionando que artistas grandísimos sean prácticamente desconocidos para el público mayoritario. Eduardo Laguillo ha trabajado en numerosos proyectos e, incluso, fundó en 1990 su propio sello discográfico, convirtiéndose en uno de los pioneros en la promoción de las nuevas músicas en España. Productor, compositor y multiinstrumentista, presenta ahora su segundo álbum en solitario después de que "Hay algo en el aire", su debut, le hiciera ganarse el aplauso de quienes lo conocieron. "Manoa", su nuevo proyecto, ha contado con una elaborada producción y con el apoyo de instrumentistas de un nivel excelente, lo justo para que el álbum se cuaje con facilidad en un nivel de calidad que no tiene que envidiar al de nadie.
En el terreno de la composición, Eduardo surte sus temas de las formas más concretas que se pueden encontrar en un mundo difuso, transmite espiritualidad sin necesitar un ambiente concreto y lleno la habitación con sonidos directos que tampoco tienen que buscar ayuda en las nuevas tecnologías. Sus piezas, de formas concretas y melodías líricas, se completan con arreglos acertadísimos apoyados en el trabajo de sus grandes colaboradores. Con todo ello, ha realizado un disco de una altura excelente, que se sale de la media y que vuelve a pedir, a gritos, su reconocimiento ante un público abierto que huya de etiquetas y reconozca la belleza en si misma. Precioso.
“Querido Eduardo:
No sé como darte las gracias por esta isla Manoa que has encontrado. Nunca había estado en un lugar así, y me gustaría quedarme para siempre, llevándome, eso sí, a alguna que otra persona conmigo. Y algunas fotografías. Y el punto de cruz.
En cuanto empezó la música, hice un viaje a través del tiempo, del mío, y me vi con quince años, con veinte, con treinta, con cuarenta, y me vi en el futuro, y más allá.
Y cuando la música acabó, la puse de nuevo, y luego otra vez más, y ahora, aunque el CD esté apagado, la sigo oyendo en muchos momentos del día y de la noche, y me gusta.”
Verónica Forqué
Actriz